Favaloro, un luchador que pudo cambiar la cardiología pero no las estructuras
El pasado jueves se cumplian diez años de su desaparición. El país se conmocionó cuando el cardiólogo se quitó la vida; dos colaboradores estrechos recuerdan su costado humano; "Hoy seguiría desencantado con la realidad", dijo su gran amigo.
Una década atrás, la noticia del suicidio de René Favaloro conmocionaba al país y lo sumía en un duelo nacional. Hastiado de esperar ayuda para su fundación cardiológica e indignado con la dirigencia política, se disparó un balazo en el pecho con un revólver Magnum calibre 357, en su domicilio de Barrio Parque.
Según sus amigos, Favaloro fue, además del precursor en la cirugía cardiovascular con la técnica quirúrgica del by-pass aortocoronario, una persona plenamente comprometida con lo social.
"Un hombre puede cambiar la cardiología de un país y del mundo, lo que no puede hacer es modificar las estructuras corruptas de una sociedad", reflexionó su biógrafo, Carlos Penelas.
El escritor conoció a Favaloro en 1978, cuando el médico lo citó para elogiarle un libro. Tras una tarde de conversación, se convirtió en su hombre de confianza, en el jefe de relaciones públicas de la Fundación y en su entrañable amigo. "Compartiamos nuestro gusto por la música, por Zitarroza y por Atahualpa Yupanqui. Con él se podía hablar de cualquier tema, de fútbol, de mujeres, de historia, de política.Yo le hablaba de Sarmiento y el de San Martín".
Penelas dijo que al médico le angustiaba no conseguir una salud para todos y que la comercialización de la medicina y la desnutrición eran temas que no lo dejaban dormir. "Luchaba contra el populismo y la dictadura, contra el facilismo y la falta de responsabilidad", indicó.
El también vocero del prestigioso cardiólogo indicó que el médico tomó la drástica decisión aquel 29 de julio del 2000 "acosado por los problemas del país, las obras sociales, el Pami y ciertos frentes internos de la Fundación".
Para su biógrafo, Favaloro estaría tan desencantado con la realidad actual como hace diez años. "Ninguno de sus reclamos se solucionó, siguen el hambre, la corrupción y los problemas en la salud. La idea de un principio humanitario para la Fundacion, entiendo que tampoco se cumple", sentenció.
Info Stroeder/ La Nación
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