Mientras ultiman los detalles para pedir alrededor de una decena de indagatorias (no se concretaría la semana próxima como estaba previsto), los fiscales que investigan el caso Schoklender, Raul Pleé y Jorge Di Lello, detectaron cuatro operaciones sospechosas que involucran a la empresa Meldorek SA, propiedad de Sergio Schoklender en un 90%.
El 9 de junio, en medio del escándalo, la constructora vendió dos departamentos en un edificio a estrenar ubicado en Nahuel Huapí 5035. Se trata de las unidades 1 y 2, que habían sido adquiridas el 15 de abril de 2010, cuando la mayoría de las acciones ya estaban a nombre del ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. En aquellas operaciones intervino un solo comprador (su nombre se mantiene en reserva).
Pero lo que más llama la atención es que se hicieron el 9 de junio, apenas tres días después que el juez Norberto yarbide decretara la inhibición de los imputados y de las empresas vinculadas, para que no puedan vender ningún bien a su nombre. “Fueron posible porque la escribana que intervino debe haber pedido el certificado de dominio unos días antes, cuando no estaba inscrita la inhibición en el Registro de la Propiedad”, explicó una fuente judicial y confirmó un escribano consultado por Clarín. En principio la maniobra es legal, pero igualmente despierta sospechas porque el escándalo ya era público para esa fecha. De hecho, Clarín publicó ese mismo 9 de junio, desde su sitio Web, que Meldorek tenía seis propiedades en Capital. Los investigadores creen que podría haber intervenido un testaferro y que serían “ventas ficticias”. Por eso, ya iniciaron una investigación sobre el comprador y la escribana, quienes odrían terminar imputados por lavado de dinero.
Además, ambas operaciones podrían caerse si se comprueba que hubo mala fe. Meldorek también vendió otras dos propiedades en un edificio ubicado en Alvarez Thomas 3462. El 2 de junio borró de su patrimonio la unidad funcional 13. Y el 17 de mayo la número 2. En esas dos operaciones intervinieron distintos compradores, pero nuevamente aparece la misma escribana que certificó las ventas del 9 de junio.
Llamativamente, nunca figuran Schoklender, ni Serventich ni Alejandro Gotkin, director de Meldorek. “Las cuatro operaciones las hace Maximino Dario Fernández, apoderado de la constructora”, confirmaron fuentes judiciales. Meldorek conserva ahora una casa ubicada en Combatiente de Malvinas 3882 (fue comprada el 6 de diciembre de 2010), y otra en Craig 726, en Caballito. Su patrimonio se completa con el departamento que le compró a María Alejandra Bonafini en La Plata. También sigue en poder de la empresa que comparten Schoklender y el piloto Gustavo Serventich, dueño del 10% de las acciones, el yate “Arete”, matrícula 446689.
En cambio, el “Sirius”, un Segue 66 valuado en más de 1 millón de dólares, pasó a nombre de Gorlac SA, pero como no se concretó la escisión de Meldorek, lo terminó comprando el financista José Fernando Caparrós Gomez en julio de 2010. El presidente de Ferrari es el mismo que le había vendido al mayor de los Schoklender los aviones, un Piper Chayanne (que luego pasó a manos de una constructora) y un Cessna Citation I.
Fuente: Clarín
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