Hebe 'desconocía' la labor de Bergoglio tanto como la de Schoklender...

Con el giro de Cristina Fernández, Hebe de Bonafini, como tantos otros, debió pasar de denostar a Jorge Bergoglio a elogiarlo tan repentinamente, que pronto mostró lo rudimentaria que es también en este arte: dijo que no sabía del trabajo de Bergoglio en la villa, en las mismas en la que se desarrollaban también las fechorías de Schoklender y el programa Sueños Compartidos.
Después de haber encabezado una toma de la Catedral en la que hasta se profanó el altar mayor y de haber vituperado a Jorge Bergoglio, Hebe de Bonafini cambió de opinión.
Sin embargo, demostró que para elogiar es tan rudimentaria como para denostar. El cambio de opinión de la titular de Madres de Plaza de Mayo sobre Bergoglio se debió, dijo, a que alguien le informó que el papa Francisco solía visitar las villas de emergencia.
Reveló una ignorancia extraña. No porque estuviera obligada a conocer las costumbres de arzobispos o cardenales. Nadie espera de ella eso. Pero sí que, como militante revolucionaria, supiera lo que ocurre en los barrios más desamparados de la Argentina. Allí estaba muy difundida la presencia de Bergoglio, quien no pasaba fin de semana sin visitar algún asentamiento para confesar, rezar, ofrecer una misa o, simplemente, visitar a los vecinos carenciados.
Es cierto que Bonafini suele no enterarse de lo que ocurre en su entorno. Tampoco estaba al tanto de las fechorías de Schoklender y el programa Sueños Compartidos que, como la vida pastoral del nuevo papa, también transcurría en las villas.
Un caso es la villa del Parque Indoamericano, el mismo asentamiento que muchas veces visitó el propio Bergoglio.
Bonafini ha tenido desde siempre una relación beligerante hacia la Iglesia Católica. De hecho, en enero de 2008 llegó a conducir una protesta que tomó la Catedral porteña, templo a cargo del entonces arzobispo Jorge Bergoglio.
Hasta ahí, la situación no sorprende. Pero la polémica surgió luego, porque tras levantar la protesta, Hebe sostuvo: "Nos clausuraron los baños de la Catedral y tuvimos que improvisar uno, detrás del altar".
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