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Insólito pedido de un funcionario municipal

Insólito pedido de un funcionario municipal

La solicitud soslaya como a veces se trastocan los límites de lo público y lo privado.

Patagones. Indudablemente, el saliente subsecretario de Seguridad Jorge Catellani no terminó de entender el sentido de la función pública.

Suelto de cuerpo, en declaraciones radiales a FM de la Costa, no tuvo tapujos en contar el diálogo que mantuvo con el intendente Curetti cuanto este le pidió la renuncia.

Según Catellani, ‘lo que le pido, personalmente, (a Curetti) es una posibilidad de trabajo en cualquier área porque si bien estoy en edad de jubilarme no estoy en condiciones porque me faltan algunos años de aportes (sic)‘.

Más allá de la consideración ‘de personal‘ del pedido, lo público del mismo hace pensar en cómo algunos entienden el Estado.

Las obligaciones del Estado
Si debiera considerar seriamente el pedido, el jefe comunal tendría la obligación de darle continuidad laboral a todos y cada uno de los funcionarios para que puedan jubilarse.
Dicho así, el Estado debe prestar favores o, peor aun, financiar periodos pre-jubilatorios.

Dicho así, es una barbaridad.
Pero en el caso puntual que nos ocupa, las cosas son más claras.
Cada funcionario municipal, provincial o nacional, sabe que ocupa un lugar público por el tiempo que su jefe político lo considere.

Finalizado el ciclo, debe dejar las funciones. Porque además, por algo finaliza ese ciclo. Si no, el funcionario no sería conminado a dejar el Gabinete y ocuparía otra responsabilidad.

El funcionario cumple, o debería cumplir, una función determinada.
Finalizada esa función, termina su vínculo con el Estado. Simple y sencillo.
Claro y directo.
Sin interpretaciones personales.

Fuente: Noticias Net

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