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Llamarada solar supera en varias veces el tamaño de la Tierra, muestra la NASA

Llamarada solar supera en varias veces el tamaño de la Tierra, muestra la NASA

Una foto comparativa de la NASA muestra un gigantesco filamento de plasma saliendo del sol (más precisamente de la mancha 1302) que deja a la Tierra como una manchita insignificante en el cosmos. Las explosiones solares podrían ser la causa de numerosas fallas en los sistemas de satélites.

CIUDAD DE BUENOS AIRES- Desde hace tiempo el Sol viene manifestando una particular inquietud en su conducta, lo cual se desdobla en múltiples tormentas solares que han sido registradas. Sin embargo, actualmente se está gestando uno de los mayores ejemplares: una tormenta generada en torno a la mancha solar AR 1302. Recientemente la NASA también captó una eyección de masa coronal, esto es, la eyaculación de un filamento de plasma que supera, por mucho, el tamaño de nuestro planeta.

Afortunadamente la reciente actividad solar no implicará disturbios en la Tierra y en cambio ha detonado un exquisita coreografía celeste, encarnada por auroras boreales. Pero ello no quiere decir que algo posiblemente perturbador este cocinándose en el mayor atanor de nuestro sistema solar:

“Una de los más activos grupos de manchas solares está actualmente cruzando el Sol. La primera vez que el AR 1302 se acercó a la orilla del Sol fue la semana pasada, y es tan grande que incluso puede observarse sin un telescopio. Las eyecciones de masa coronal provenientes del AR 1302 ya han causado severas tormentas geomagnéticas, incluyendo una notable actividad de auroras alrededor de ambos polos de la Tierra. En la imagen se muestra el plasma que magnéticamente quedó suspendido sobre la superficie del Sol luego de que la AR 1302 emitiera llamaradas clase X el pasado jueves. La Tierra está ilustrada en la esquina para dimensionar el tamaño”, afirmó un astronauta de la NASA.

Satélites

Las tormentas solares no solo son una amenaza para la magnetosfera de la Tierra, sino que también podrían provocar la caída de los satélites más cercanos al planeta, según han explicado expertos de la NASA, quienes han descubierto que las llamaradas afectan al cinturón Van Allen interior, una de las zonas de la magnetosfera donde se concentran las partículas cargadas.

Investigadores de la NASA han llevado a cabo un estudio en el que han descubierto que la radiación solar puede afectar a los cinturones Van Allen de una manera más agresiva de lo que se creía. Los cinturones se dividen en dos zonas distintas. El cinturón exterior, que se compone de electrones, se extiende desde aproximadamente de 25.500 a 51.000 kilómetros por encima de la superficie terrestre; mientras que el cinturón interior, que consiste en una mezcla de electrones y protones, se extiende desde 6.400 a 12.800 kilómetros por encima.

Según explica la NASA, los científicos tenían conocimiento de que el cinturón exterior podría llegar a activarse de manera más intensa durante las tormentas geomagnéticas del Sol, sin embargo, todavía no se había pensado que este tipo de acontecimientos también podría afectar al cinturón interior. Ahora, simulaciones por ordenador sugieren que durante una tormenta de alto nivel los electrones en el cinturón interior también podrían convertirse en energía y, la radiación podría seguir siendo muy intensa durante varios años después de la tormenta.

"El aumento de la radiación en la zona interna puede durar hasta una década y dañaría satélites durante años después de una tormenta muy fuerte", ha explicado el autor principal del estudio, el físico Shprits Yuri. Así, Yuri ha apuntado que la radiación podría dañar los satélites en esa zona y, potencialmente, reducir sus vidas en cinco sextas partes o más. "No se destruirían todos los satélites a la vez, pero, según los cálculos realizados, una tormenta muy fuerte puede aumentar hasta diez veces la dosis de radiación en el cinturón interior, lo que supondría que, dentro de unos años, podrían desaparecer una porción significativa de satélites que recorren esta zona interna".

Tras este hallazgo, los científicos estudian formas de evitar que los satélites acaben dañados por las llamaradas solares. Según ha indicado Yumi, primero hay que calcular los riesgos y el coste estimado de lo que se puede hacer, ya que, si el coste es muy elevado "es posible que compense aceptar los riesgos y empezar a prepararse para reponer la flota". Parte de las incógnitas que aún quedan por contestar sobre este trabajo podrán despejarse en 2012, año en el que la NASA tiene previsto enviar dos misiones para estudiar los cinturones de radiación en el plano ecuatorial y en bajas altitudes.

Fuente: Urgente 24

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