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INFO STROEDER

¡Trigo inédito en el sur!

¡Trigo inédito en el sur!

 

EN UN CAMPO UBICADO A 55 KILOMETROS DE CARMEN DE PATAGONES

El cultivo ya tomó una altura de entre 50 y 70 centímetros. Se sembró --en 500 hectáreas-- en una fecha inusual (28 de febrero) tras una lluvia de poco más de 200 milímetros y con una sola intención: evitar que se continúe volando la tierra fértil. Guillermo D. Rueda "La Nueva Provincia"

Abatido y desesperanzado. Tal era el estado de ánimo del productor Humberto Bertolino mientras observaba cómo uno de sus campos, el de 630 hectáreas situado a 55 kilómetros al norte de Carmen de Patagones, se volaba rumbo al mar.
En esta zona, con epicentro es Stroeder, en 2009 llovió 189 milímetros, pero la condición pluviométrica estaba a punto de dar un giro de 180 grados. Por caso, entre el 17 y el 19 de febrero cayeron 195 milímetros y, en una semana más, se llegó a 249. Hoy, se acumulan 430 milímetros desde el 1 de enero.
"Yo venía muy castigado por la sequía. Era increíble ver los campos que, hasta 2005, llegaron a producir más de 1.600 kilos de trigo", comentó Bertolino, quien suma 67 años de sus 70 vinculado al sector.
"Más loco me puse cuando empezó a llover sobre la arena, y no paraba, y no paraba... Tenía un poco de dinero para combustible, pero no avena que, entendía, era lo más conveniente para sembrar", sostuvo.
Bertolino acopiaba dudas. Aun así, decidió ponerse a trabajar sobre la cobertura de esa tierra infértil para saber qué había debajo. Los primeros movimientos con el cincel fueron por demás alentadores; eso contribuyó para tomar la decisión.
Tras cuatro días con cincel y rastra doble y la utilización de dos tractores, la siembra terminó el 28 de febrero. En total, se cubrieron 500 hectáreas de las 630 del campo.
En esta zona es usual emplear entre 70 y 80 kilos de semilla por hectárea, pero con el (limitado) stock disponible sólo se emplearon 50 kilos. La variedad usada fue Buck Manantial, la más antigua, pero igualmente efectiva, para este lugar. Es un trigo duro de ciclo corto.
"Fueron las únicas semillas que pude rescatar. Si hubiera tenido sorgo en el galpón, habría sembrado sorgo. Estaba jugado; no quería ver más tierra volando...", aseguró.
"A los cuatro días de sembrado, el trigo ya había comenzado a salir. Y tras una semana de viento, cuando creí que otra vez perdería todo, la planta se robusteció, vinieron más lluvias y así llegamos hasta hoy... ¡en que no sé qué hacer!", confió.
El trigo tiene, en la mayoría del campo, entre 50 y 70 centímetros de altura y un color verde intenso. En los bajos, que son pocos, la acumulación de humedad lo dejó crecer entre 10 y 30 cms. Estas plantas poseen un color más claro y más amarillo.
Bertolino, quien nació y reside en Stroeder, históricamente ha sembrado avena, sorgo, trigo y cebada. Llegó a tener más de 2.000 vacunos en varios campos de la zona, junto a otras tantas ovejas. Hoy, su plantel quedó reducido a poco más de 150 vacas (100 en el campo de trigo) y casi 1.000 ovejas.
En las citadas 500 hectáreas de trigo, hoy pastorean libremente poco más de 100 vaquillonas. Para estos animales se trata de un paraíso en medio del desierto, considerando que semejante acierto no podía ser tan literal.
Por estas horas, el productor de Patagones se debate en varias disyuntivas, las mismas que le han transmitido algunos de los ingenieros agrónomos que se acercaron al campo para ver de qué se trataba.
Una de ellas es cortar el trigo para hacer rollos destinados a forraje, o cortarlo y dejarlo en el campo para utilizarlo como abono.
Otra es cargarlo con hacienda. "Hasta 600 animales se pueden aguantar, pero el tema es que no los tengo ni los puedo comprar para engordarlos. Y ahora, en Patagones, está lleno de comida pero no hay hacienda. ¡No se puede creer!", admitió.
La tercera opción es dejar todo como está para ver qué sucede en el invierno, donde se presentarán las mayores dificultades, habida cuenta la excepcionalidad de la fecha de siembra.
De todos modos, cualquier decisión que se tome no será sobre las 500 hectáreas, sino respecto de 350 o 400. En el resto se mantendrán los animales.

Fuente: La Nueva Provincia

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