A raíz de un accidente ocurrido la semana pasada en la Escuela Nº 9 de la localidad de Stroeder, cuando durante el recreo una niña de 6 años cae del juego del pasamanos, perdiendo 2 dientes, y sufriendo un corte transversal en su labio inferior por el cual tuvieron que darle 3 puntos, su madre, Carina Prescher, desea expresar su sentimiento por este medio mediante la siguiente carta:
“Esta carta la escribo para que sirva de que todos como mamás, papás, abuelos, tíos o ciudadanos comunes tomen conciencia donde, o en manos de quién dejamos a nuestros hijos.
Yo soy mamá de una princesita, de una princesita que un día me dio el motivo de vivir, de luchar y que simplemente no pide nada a cambio, tan solo se conforma con el amor que uno le da.
Pero hace unos días atrás a mi, a su papá y a ella le paso algo muy feo y muy doloroso y lo mas triste que fue por negligencia de una maestra. Se los cuento resumido como fue para no alargar tanto esta carta.
Nos parecía y nos parece muy peligroso el juego del pasamanos, ya que acá en Stroeder no se juega a pasar con las manos, sino que se suben arriba y giran sobre su mismo cuerpo cayendo parados si es que así lo pueden hacer.
A mi nena se lo advertimos un millón de veces que no se suba, pero ella tan solo tiene 6 años y como todo chico quiere jugar, entonces se lo comunique a su maestra de grado Pity, la cual me dijo: “Pero Denisse ya sabe que ustedes no la dejan” a lo cual le respondí: “Si lo sabe, pero como no hace caso porque todas sus amiguitas lo hacen, necesito que se lo prohíban acá en el colegio” a lo cual me respondió:”Bueno yo les aviso a las demás maestras que no la dejen subir al pasamanos”.
Me fui a mi casa tranquila como siempre, creyendo que la escuela es su segundo hogar y por consecuencia su maestra, su segunda madre.
Pero lamentablemente no es así, o por lo menos a mí no me lo han demostrado.
El miércoles pasado yo tenía que ir a trabajar más tarde, entonces a las 15:55 hs miro por el ventanal del local de mi casa y veo a mi princesita arriba del pasamanos, lo cual me produjo una indignación muy grande, entonces iba a cruzarme al colegio a llamarle la atención a los docentes, por el pedido que había realizado yo personalmente a la señorita Pity, pero lamentablemente no llegué, porque en ese instante vi desplomarse a mi hija desde lo alto del pasamanos hacia el piso, no puedo explicar lo que siente una madre en ese momento porque es algo horrible y no alcanza describirlo con palabras.
Cuando llego al colegio veo a mi nena bañada en sangre, sus manitos estaban rojas, como guantecitos, pero de sangre tapando su boquita y su guardapolvo blanco teñido de rojo.
La desesperación, impotencia, indignación, dolor, etc que uno vive en ese momento es terrible, imaginarse el dolor físico que tuvo mi nena, la cual tuvo un corte transversal en su labio inferior, que mas tarde le tuvo que dar 3 puntos el cirujano Claudio Pérez en el Hospital de Patagones, a eso sumarle el dolor de la perdida de 2 diente, uno de leche y otro permanente que el año pasado lo había cambiado con toda la ilusión de una nena y la alegría que el ratón perez se lo lleve.
Esto que le sucedió a mi princesita, le podía haber pasado a cualquiera de los nenes o nenas que concurren al colegio, pero le sucedió a mi hija Denisse, pero lo más doloroso es aún porque esto sucedió porque su señorita no dijo nada a sus compañeras de trabajo, entonces nadie puso límites pedidos por mi personalmente, sino esto no habría sucedido.
Para ir terminando, más dolor se suma cuando pasado el accidente, ni la directora, ni su señorita, ni nadie, tan solo manda un mensaje para saber el estado de Denisse.
Al otro día al mediodía, viene la directora y se justificó diciendo que estuvo haciendo papeles por lo sucedido que por eso no tuvo ni siquiera un instante para detenerse a mandar un mensaje por el estado de la alumna.
Y su señorita Pyti apareció un día y pico después del accidente, diciendo: “Yo soy la culpable, me olvide de transmitirles a las demás docentes el pedido de la prohibición del pasamanos para Denisse”
Para mí dejó de ser el segundo hogar de mi hija, ya que me demostraron que notados son capaces para cuidarla y entregármela a las cinco como yo la llevo a la una al colegio, si me refiero al calor humano, deja que hablar mucho la institución, y para ir finalizando, díganme cualquiera de ustedes que esta leyendo esta carta, como o con que se le devuelve la sonrisa a una nena, que amaba a su escuela, que comía rapidísimo e insistía a cada rato que se haga la hora para ir al colegio.
Como se le explica a esa nena que por negligencia de su señorita, de por vida va a tener un implante dentario y ojala ninguna otra secuela.
Desde ya muchas gracias por escucharme, tan solo les pido un minuto, tomemos conciencia de donde o con quienes dejamos a nuestros niños, a nuestros hijos".
Carina Prescher