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DEEPAK CHOPRA EN BUENOS AIRES

DEEPAK CHOPRA EN BUENOS AIRES

Exclusivo: "Cada uno puede construir la paz y proyectarla al prójimo"

Deepak Chopra estuvo en Ciudad de Buenos Aires. Auditorio repleto. Su clave no está en la forma (de hecho no es un orador que atraiga desde el escenario) sino en el fondo (la profundidad de su planteo). Aquí un compacto de su invitación a vivir diferente. 

Deepak Chopra, médico, pensador y escritor hindú es un autor muy reconocido en los temas de bienestar y espiritualidad. 

Ha escrito extensamente sobre espiritualidad y el poder de la mente en la curación médica, en sus más de 50 libros traducidos a 35 idiomas, 16 de los cuales han sido best-sellers en las listas del The New York Times.
Es creador y presidente de la Fundación Chopra y fundador y co-presidente del Centro Chopra de California, Estados Unidos.
“En una época en que se vive en medio de desafíos e incertidumbres con guerras, peligros nucleares e inseguridad, es posible, desde lo individual, construir la paz y proyectarla a todo nuestro entorno”.

Este fue uno de los enunciados de Deepak Chopra que estuvo en la  Argentina y disertó en 2 conferencias:

> en la ciudad de Rosario el miércoles 25/05 y

> en Ciudad de Buenos Aires el jueves 26/05 de 2011.
Compartió con la audiencia durante 2 horas varios conceptos, los guió en un ejercicio de yoga y transmitió la capacidad de unir el cuerpo, la mente y el espíritu, para alinearlos como un todo con los ritmos del universo. 
 
¿Somos lo que pensamos? Lo que vemos ¿es la realidad?
 
Éste y otros interrogantes develó Deepak Chopra.
 
Urgente24 estuvo presente y comparte los principales conceptos y sus conclusiones:
La expansión de la conciencia es el gran objetivo pero no tiene sentido insistir en ella mientras el cuerpo y la mente no estén preparados.
En todos los principios se encuentra el germen de la curación cuántica. Ésa es la clave. Si la naturaleza lo piensa todo de la misma manera, entonces ha previsto todos los remedios. Todo está ordenado porque todo es inteligencia.

Los alimentos y las plantas son inteligencia. Lo que tomamos para nutrirnos, lo convertimos en nuestra propia inteligencia. Cuando conocemos la forma de traer de nuevo al orden la inteligencia, no hace falta saber nada más. La enfermedad es inteligencia interrumpida, pero podemos hacer que vuelva al orden.
Según los teóricos de la física cuántica -todas las cosas materiales, sean automóviles, cuerpos humanos o billetes-, están hechas de átomos. Éstos, a su vez, están compuestos de partículas subatómicas que son “fluctuaciones de energía e información”, en un inmenso vacío de energía e información.
Vivimos en “discontinuidad” aunque lo percibamos como una “continuidad”.

Todo funciona en un ON y un OFF. En el ON están las vibraciones, la energía, y la información. En el OFF, la nada, la creación, la intuición.
El OFF es necesario para que exista el ON.
Si tomáramos como analogía las luces de un árbol de navidad se presentan ante nuestros ojos encendidas de modo continuo, sin embargo, esas luces se prenden y apagan. Lo constante es la discontinuidad.
Explorando la realidad cuántica, sin entrar en detalles, la conclusión básica de los teóricos es que la materia prima del mundo es inmaterial; la sustancia esencial del universo es antimateria.
Todos los avances tecnológicos se basan en ese hecho, los mensajes y las fotografías que enviamos hoy a través del Blackberry, de las computadoras, las radios, la imagen que nos muestra la televisión, son posibles en tanto son el resultado de una jerarquía de "estados de información y energía en el vacío de todos los posibles estados de información y energía".
El átomo no es en absoluto una entidad sólida.
La diferencia entre un objeto material y otro objeto material, por ejemplo entre un átomo de plomo y uno de oro, no se encuentra en el nivel material. Las partículas subatómicas, protones, electrones, quarks y bosones que componen tanto el átomo de oro como el de plomo son exactamente las mismas. Más aún, aunque las llamamos partículas, no son objetos materiales sino impulsos de energía e información. Lo que diferencia el oro del plomo es la disposición y la cantidad de esos impulsos.
"Toda creación material está estructurada sobre la base de información y energía".

“En esencia, todo suceso cuántico es una fluctuación de impulsos de energía e información que constituye todo lo que consideramos sustancia o materia”.


Por lo tanto, resulta claro que no sólo la sustancia esencial del universo no es materia, sino que es no materia pensante. Pues, ¿qué otra cosa es un pensamiento, sino un impulso de energía e información?
Cuando una flor, un arco iris, un árbol, una hoja de hierba, un cuerpo humano se descomponen en sus partes esenciales, vemos que éstas son energía e información. Todo el universo, en su naturaleza esencial, es el movimiento de la energía y la información. La única diferencia entre nosotros y los árboles es el contenido de información y de energía de nuestros respectivos cuerpos.
En el plano material, tanto nosotros como el árbol estamos hechos de los mismos elementos reciclados: principalmente carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y otros elementos en cantidades minúsculas.

Estos elementos se podrían comprar en un laboratorio. Por tanto, la diferencia entre nosotros y el árbol no reside en el carbono, o en el hidrógeno o en el oxígeno. De hecho, nosotros y el árbol intercambiamos constantemente nuestro carbono y nuestro oxígeno. La verdadera diferencia entre los dos está en la energía y en la información.
En el orden general de la naturaleza, nosotros, los seres humanos, pertenecemos a una especie privilegiada. Tenemos un sistema nervioso capaz de tomar conciencia del contenido de energía e información de ese campo particular que da origen a nuestro cuerpo físico.

Experimentamos ese campo subjetivamente en forma de pensamientos, sentimientos, emociones, deseos, recuerdos, instintos, impulsos y creencias. Este mismo campo es percibido objetivamente como el cuerpo físico –y por medio del cuerpo, percibimos ese campo como el mundo. Pero todo está hecho de lo mismo. Por eso los antiguos videntes exclamaban: "Yo soy eso, usted es eso, todo esto es eso, y eso es todo lo que existe".

Nuestro cuerpo no es independiente del cuerpo del Universo, porque a nivel de la mecánica cuántica no existen fronteras bien definidas. Somos como una onda, una ola, una fluctuación, una circunvolución, un remolino, una perturbación localizada en un campo cuántico más grande. Ese campo cuántico más grande –el Universo– es nuestro cuerpo ampliado.

El sistema nervioso humano no solamente es capaz de tomar conciencia de la información y de la energía de su propio campo cuántico, sino que, como la conciencia humana es infinitamente flexible a través de ese maravilloso sistema nervioso, podemos cambiar conscientemente el contenido de información que da origen a nuestro cuerpo físico. Podemos cambiar conscientemente el contenido de energía y de información de nuestro propio cuerpo de mecánica cuántica y, por tanto, influir en el contenido de energía y de información de nuestro cuerpo ampliado –nuestro entorno, el mundo– y hacer que sucedan cosas en él.
Este cambio consciente se logra a través de “las dos cualidades inherentes a la conciencia: la atención y la intención”.

“La atención da energía, y la intención transforma”.


Cualquier cosa a la cual prestemos atención, crecerá con más fuerza en nuestra vida. Cualquier cosa a la cual dejemos de prestar atención, se marchitará, se desintegrará y desaparecerá. Por otro lado, la intención estimula la transformación de la energía y de la información. La intención organiza su propia realización.
 
Cerebro
Fundido en una sola estructura, nuestro sistema nervioso central alberga tres cerebros. Por orden de aparición en la historia evolutiva, esos cerebros son: primero el reptiliano (reptiles) hace 300 millones de años, a continuación el límbico (mamíferos primitivos) 100 millones de años; y por último el neocórtex (mamíferos evolucionados o superiores), cuyo desarrollo es de 4 millones de años. 
 
Alojado en el tronco cerebral, es la parte más primitiva de nuestro cerebro, el hoy llamado  instintivo, reptiliano.
Se encuentra presente primordialmente en los reptiles. Los reptiles son las especies animales con el menor desarrollo del cerebro. Está diseñado para manejar la supervivencia desde un sistema binario: huir o pelear, con muy poco o ningún proceso sentimental. 
 
Tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva. Se encarga de autorregular el organismo. En consecuencia, este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo así lo demanda.
Por decirlo de alguna forma rápida en este primer cerebro es una herencia de los períodos cavernarios, donde la supervivencia era lo esencial.
 
Este primer cerebro, es el que permite el movimiento de actuar y hacer.
Su carácter más específico desde el punto de vista temporal es su adecuación al presente.

Es el almacén de las limitaciones conformadas como: miedo.

Luego el sistema límbico o cerebro emocional, también llamado cerebro medio, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y que comprende centros importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral.

Estos centros ya funcionan en los mamíferos, siendo el asiento de movimientos emocionales como el temor o la agresión.
 
En el ser humano, estos son los centros de la afectividad, es aquí donde se procesan las distintas emociones y el hombre experimenta penas, angustias y alegrías intensas
 
El sistema límbico está en constante interacción con la corteza cerebral. Una transmisión de señales de alta velocidad permite que el sistema límbico y el neocórtex trabajen juntos, y esto es lo que explica que podamos tener control sobre nuestras emociones.
 
Consecuencia de la aparición de los primeros mamíferos superiores, la evolución del cerebro dio un salto cuántico. Por encima del bulbo raquídeo y del sistema límbico la naturaleza puso el neocórtex, el cerebro racional.
 
A los instintos, impulsos y emociones se añadió de esta forma la capacidad de pensar de forma abstracta y más allá de la inmediatez del momento presente, de comprender las relaciones globales existentes, y de desarrollar un yo consciente y una compleja vida emocional.
 
Hoy en día la corteza cerebral, la nueva y más importante zona del cerebro humano, recubre y engloba las más viejas y primitivas. Esas regiones no han sido eliminadas, sino que permanecen debajo, sin ostentar ya el control indisputado del cuerpo, pero aún activas.
 
La corteza cerebral no sólo es el área más accesible del cerebro: sino que es también la más distintivamente humana. La mayor parte de nuestro pensar o planificar, y del lenguaje, imaginación, creatividad y capacidad de abstracción, proviene de esta región cerebral.
 
Así, pues, el neocórtex nos capacita no sólo para solucionar ecuaciones de álgebra, para aprender una lengua extranjera, para estudiar la Teoría de la Relatividad o desarrollar la bomba atómica. Proporciona también a nuestra vida emocional una nueva dimensión.
 
Amor y venganza, altruismo e intrigas, arte y moral, sensibilidad y entusiasmo van mucho más allá de los rudos modelos de percepción y de comportamiento espontáneo del sistema límbico.
 
Por sí mismo, el neocórtex sólo sería un buen ordenador de alto rendimiento.
 
Demostró mediante imágenes de doble lectura, de figura y fondo, que dependía del observador la representación que cada uno percibía y no de la Realidad. 
 
Yoga
 
Chopra destacó como el medio para aquietar la mente; el Yoga en sus 4 modalidades, a saber:
 
El yoga del SER, de las EMOCIONES, del CONOCIMIENTO, de la ACCIÓN.
 
La práctica guiada se inició a través de un mantra - que consiste inicialmente en repetir una secuencia o vibración, en este caso fue repetir las palabras " yo soy"

En general son palabras como OM, Amén u otras que al no tener representación en imágenes logran interrumpir la secuencia de pensamientos que tenemos por minuto y nos va llevando, de a poco, a alcanzar un estado de relajación mental, hasta “aquietar nuestra mente”
 
Luego, a través de preguntas relacionadas con nuestras emociones como el amor, la gratitud y la bondad -con la atención puesta en el corazón- , provocó estados afectivos positivos, al vincular dichas preguntas con seres a quienes amamos, con la gratitud por lo que somos y poseemos, con la bondad,  la compasión y caridad para compartir y desear el bien para otros.
 
Siguieron preguntas dirigidas hacia los talentos o dones, acerca del propósito de nuestras vidas, de cómo servir desde la tarea que cada uno hiciera; invitaba a formularnos estas preguntas sin enfocarnos necesariamente en el resultado de la respuesta. 
 
Por último, la práctica consistió en la atención para escuchar por ej. los latidos de nuestro propio corazón y la acción de llevar la presión sanguínea a las yemas de nuestros dedos; lo que resultó sencillo.
Con esta práctica pudimos experimentar lo que significaba la atención y la intención.
 
SODA
 
Con 4 letras fáciles de memorizar explicó una técnica efectiva para reducir el estrés, a la que denominó:
 
SODA (“S” del inglés Stop/ “O” Observe/”D”  Dettach/”A” Action)
 
Ante una situación amenazante, PARAR. No reaccionar.
Observar en nuestro cuerpo, con nuestras emociones qué nos ocurre
Despegarnos y tomar distancia de las situaciones, las personas o todo aquello que nos afecte negativamente.
Para finalmente Actuar en un estado de conciencia más elevada.
 
Se refirió también a la importancia de las redes sociales, para comenzar a asociarnos en espacios de interrelación que potencien hábitos y conductas positivas; y pongan freno a las conductas adictivas.
 
En este camino, recomienda la meditación y los alimentos ayurvédicos (del sánscrito ayu, vida, y veda, conocimiento)y la actividad física.
 
Ni suerte ni casualidad
Las coincidencias se diferencian de los milagros en que éstos son fenómenos reales. Todas las tradiciones hablan de milagros, pero en diferentes lenguajes. Hablamos de milagro cuando el resultado de una acción ofrece resultados espectaculares y cubre las expectativas deseadas, la cura de una enfermedad, adquirir riquezas materiales o hallar nuestro objetivo.
 
Las personas que no creen en la espiritualidad ni en ningún tipo de energía superior atribuyen las coincidencias a la suerte o casualidad. Pero la suerte es algo muy distinto y tiene más que ver con la aplicación de la sincronicidad en el cumplimiento de nuestras intenciones.
 
A medida que prestamos más atención a lo que sucede a nuestro alrededor, tenemos más oportunidades de observar mayor número de coincidencias. Sólo debemos de tener una mirada relajada, despejada de emociones que disturben nuestro espíritu y, sobre todo, observar, intentando no interferir los sucesos con prejuicios o ideas preconcebidas.
 
Es difícil llegar a comprender el significado de las coincidencias si no nos mostramos objetivos y dispuestos a percibir esos acontecimientos sutiles que nos puede dar muchas pistas acerca de las fuerzas superiores y de nosotros mismos.

Para empezar a iniciarse en el desarrollo de esta percepción hay que poner atención en cada uno de los sentidos individualmente y tomar plena conciencia de ellos.
 
El valor de la atención
 
Si no ha practicado antes estos ejercicios, seguramente haya pasado por alto estímulos sutiles que se encuentran a nuestro alrededor, sonidos, la brisa del aire, un cambio de temperatura, palabras dichas por las personas de alrededor.

Son los pequeños detalles a los que no estamos habituados a prestarles atención y forman parte de todo un compendio de mensajes que, a veces nos intentan decir algo u otras son meras circunstancias.
 
Para comenzar a desarrollar la facultad de descifrar las coincidencias, pruebe a cerrar los ojos y ponga su atención en cada uno de sus sentidos. Escuche cada sonido que se produce, cada palabra, sienta en su cuerpo la temperatura, agudice el olfato y predisponga los sentidos a captar todas las sensaciones que surgen a cada instante. De esta manera y si tiene constancia y paciencia podrá llegar a ser consciente de la sincronicidad y el lenguaje de los acontecimientos.
 
Ese es el comienzo para tomar la posición de observador de su vida y sus sueños, de modo que las conexiones, temas, imágenes y coincidencias se hagan más claras.

A causa de que nuestra conexión con el alma universal es mucho más evidente cuando soñamos, este proceso nos permite acceder a un nivel de coincidencias totalmente nuevo.
 
La importancia de lo onírico
 
Por ello se recomienda también atender el mundo onírico.

Cuando vaya a la cama por la noche y antes de dormir, siéntese unos minutos e imagine que está viendo en la pantalla de su conciencia todo lo que ocurrió durante el día. Observe ese tiempo como si fuera una película, cada una de las actividades que ha realizado hasta el momento de ir a la cama. No analice, no juzgue ni evalúe. Usted un mero espectador de una película.
 
Comenzará a apreciar detalles en los que no había reparado ese día, el color del cabello de alguien que estuvo a su lado, y quizás lo relacione con el color del cabello de alguien querido; el rostro del amigo cuando le habló y quizás perciba el verdadero sentimiento que aquel experimentó en ese momento.

Es increíble la cantidad de cosas que puede ver en la película de su día, que tal vez no notó durante el día.
 
Mientras ve como pasa su día en la película, aproveche la oportunidad de observarse objetivamente. Tal vez se vea haciendo algo que le enorgullece en especial, a veces se verá haciendo cosas vergonzosas. El objetivo no es evaluar, sino de obtener información sobre el personaje principal de la película que es usted.

A medida que se ejercite, irá apreciando que durante el sueño usted podrá experimentar ser el mismo protagonista, que ve objetivamente su alrededor lo que en el sueño vive.
Una vez que sea capaz de recordar la película de sus sueños, anote algunas de las escenas más memorables y apunte especialmente las coincidencias.

“Nuestros sueños no sólo son proyecciones de nuestra conciencia; son, de hecho, la interpretación que hacemos de las trayectorias de nuestra vida. Los mecanismos del sueño y de lo que nos pasa en lo que llamamos realidad, son las mismas proyecciones del alma. Sólo somos observadores”, dijo
Deepak Chopra.
Para él, la violencia actual proviene de la extrema disparidad económica entre las regiones.

El 50% de la población vive con menos de 2 dólares por día, y el 20%, con menos de uno. "Somos como una especie humana controlada por un cerebro de reptil, que actúa a partir de la respuesta de huída de la lucha. El miedo y la pérdida de seguridad son las principales causas de violencia", dice.

Agregó que la única manera de revertirlas es lograr una masa crítica de concientización que opere desde un nivel más elevado para crear un mundo pacífico, justo, sostenible y saludable.
Y cerró la conferencia pidiendo a toda la audiencia compromiso y participación.

Fuente: Urgente 24

1 comentario

Gladys Gismondi -

Nota muy interesante