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INFO STROEDER

La colectividad paraguaya homenajeó al Dr. Luís Urizar.

La colectividad paraguaya homenajeó al Dr. Luís Urizar.

 

Fue en una emotiva fiesta sorpresa realizada en el restaurante La Zona, por sus 50 años en la localidad, a la cual asistieron alrededor de 70 personas de la comunidad paraguaya.

La cena contó con espectáculo musical y baile árabe.

Arribó a nuestra localidad el 25 de Mayo de 1960, y fue el sábado próximo pasado la fecha elegida para homenajearlo.

Ser médico durante 50 años es un sacerdocio. Tiene, indudablemente como toda actividad humana su aspecto laboral y aunque no es sagrado como un sacerdocio, por se ejercida la medicina por hombres y mujeres, finitos, falibles, frágiles como toda condición indudablemente humana, no deja de ser un regalo de Dios a los hombres.

El Dr. Luís Urizar esta signado por ese sacerdocio y por una autentica vocación que no necesita de un continuo acicate meramente económico, sino que encuentra en el dar y recibir la generosidad de la entrega desinteresada, oportuna, vital. Hizo de su trabajo un arte y una alegría. Usa agradecido, el don que Dios le dio y en etapas no tan buenas, se aferró a su vocación y a su sacerdocio, como a un madero.

La pequeña comunidad paraguaya de Stroeder rindió el sábado por la noche un humilde pero emotivo homenaje, a este hombre, que paraguayo de origen, pero argentino por su vida y por su obra de bien de esta comunidad toda, mantiene su reconocida serenidad tanto ante la felicidad de un nacimiento, las curaciones de los pacientes, como la pena recóndita por los que se van, con la vulnerabilidad del que hace ingentes esfuerzos, pero debe declararse vencido por esos destinos que no logran superar la muerte.

Supo desde los albores de su carrera, del cercamiento del sentido de libertad de los hombres, de la persecución, en su país natal y la necesidad imperiosa de irse de él, para seguir manteniendo los ideales intactos, y la garra del esfuerzo en otro lugar, quizás lejano de su amada tierra, pero ansioso y capaz de recibirlo. Después de una transitoria permanencia en Pedro Luro con su amigo Mario Cortese con quién compartiría la misma profesión, llega con él a Stroeder, a instancia de uno de los hermanos Scarafoni, para decidir quién de los dos quedaría en el pueblo. Y fue él, quién hallo en la pequeñez del pueblo, la intemperancia de aguerridos vientos, y los caminos polvorientos, el destino intransferible y su lugar en el mundo.

Todo médico de pueblo hace de todo un poco. Va forjando su experiencia en la cotidianidad de las pequeñas y grandes curas. Pero también en épocas de carencia de recursos, falta de insumos,, caminos intransitables, tortuosas sequías, necesidades ineludibles de los habitantes, logra encauzar su propia especialidad como médico, que es la cirugía. Presta así una importantísima función a los habitantes de Stroeder y de los pueblos vecinos, guiados por su ojo clínico y certero.

Otros facultativos influyeron en su accionar médico y el pensar profundo y responsable que lo caracteriza ante sus pacientes y amigos: Labriole, Casas, Herrera, Martinet, Maristani…

En Stroeder se concertó su matrimonio con Nélida Breitembucher, compañera insustituible en sus luchas y que le brindó cuatro hijos: Luís Alberto, Rogelio Daniel, María de las Nieves y Juan Ignacio. Dos de ellos, Rogelio Daniel y María de las Nieves siguieron sus pasos y son reconocidos en su profesión y especialidades. Los Otros dos encontraron en el campo y la veterinaria, su verdadera profesión y dedicación laboral.

Gracias al Dr. Urizar hoy el Hospital de Stroeder, es una maravilla realidad, y sustituyó a la Sala de Primeros Auxilios, con la colaboración de la comunidad toda y de su propia Cooperadora. El sueño lejano de cabriola, se había cumplido: una unidad sanitaria provista de consultorios externos, sala de partos, laboratorio, consultorio oftalmológico, sala de cirugía, posibilidades de internación satisfactorias…

La adecuada prestación del servicio se vio y se ve avalada por un conjunto de personas dotadas de actitud de servicio y que colaboraron y siguen haciéndolo con el Dr. Urizar llevados por su ejemplaridad en el servicio de su profesión en bien de todos en Stroeder. Algunas ya no están, pero siguen fijas en la memoria y en el jeroglífico del recuerdo: Rina Bernardi, en la administración, y enfermeras como Manuela Giménez, Peti Lacaze, Nilda Frazer, Ana maría Bustos, Estela Natucci, y tantos otros.

Aún hoy con excelente desempeño lo siguen y acompañan en su función: Marta Fardel, Olga Weinzettel, Mabel Álvarez, Yanina desch, Adriana Lacaze, Virginia Cejas y Amelia Beluardi…

Sus distintas prácticas situadas en la localidad, en Bahía Blanca y en Patagones le permitieron llegar a altos puestos de importancia y especialmente como Director de Salud de la Unidad sanitaria 1, en Bahía Blanca y Director de salud en el distrito de Patagones.

Gracias a él y a un grupo de pioneros, liderados por el padre salesiano Pedro Basso, también se hizo realidad en 1.964, la creación del Colegio Secundario Cardenal Cagliero de Stroeder, que ya ha brindado el semillero de cuarenta y una promociones de bachilleres, y que son muchos hoy reconocidos profesionales en distintas disciplinas y en el mundo del trabajo. Su obra como docente, también se recuerda con nostalgia y emocionado recuerdo.

Quizás el panegírico de su vida no ha sido cumplido en todas las aristas como hombre, profesional, político…Ya su vida pletórica en aconteceres, honestidad y perseverancia ha dado sus frutos en el amor y reconocimiento de todo un pueblo.

Al Dr. Urizar Dios le dio Todo para cumplir su misión en el mundo: dinero, oportunidad, conocimiento, libertad, valor, la voz de su alma, la generosidad, el altruismo, su propia familia y la familia stroderense.

Aunque en esta ocasión la fiesta la organizo la comunidad paraguaya, cada habitante de Stroeder en su corazón adhiere a este homenaje, a un ser humano y profesional que ha hecho tanto por su localidad y su gente, con hechos que solo personas inteligentes, solidarias y visionarias pueden llegar a lograr.

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