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NO HAY PEOR SORDO QUE EL QUE NO QUIERE OIR

NO HAY PEOR SORDO QUE EL QUE NO QUIERE OIR

 

Mientras llegan las elecciones… mientras presentamos la queja… mientras nos ponemos de acuerdo… mientras votamos el proyecto… mientras la justicia se expide…

En realidad, lo que nos está matando es el “mientras tanto”. Tal vez, sólo tal vez, para que nos empiecen a escuchar, pero por sobre todo, para que empiecen a reaccionar, nosotros _los del Sudoeste_ quisiéramos que en otras regiones vieran cómo en los pueblos buena parte de los comerciantes deben cerrar sus locales; cómo quienes depositaron sus ahorros en una pequeña propiedad no reciben su pago de alquiler porque no hay inquilinos a quienes cobrarles; que los autos no pueden circular porque la ruta queda cortada por falta de visibilidad debido a la tierra de los campos que se vuelan; que las escuelas quedan vacías porque los pobladores se mudaron.
Quisiéramos que los que rigen nuestro destino pudieran observar cómo aumenta el índice de suicidios a niveles alarmantes porque a esos hijos de inmigrantes se les secó todo lo que plantaron, se les murió todo lo que tenían, hasta que finalmente vendieron lo que quedaba al especulador de turno que sacó ventaja con la desgracia. Sería excelente que quienes atentan contra la previsibilidad vieran cómo desaparece, lenta pero inexorablemente, el trabajo de generaciones.
Por eso, quizá, sería novedoso poner en la Plaza de Mayo, dado que, según dicen, Dios atiende allí, unas 100 vacas, con sus terneros; cercarlos, ponerles un poco de agua, y tenerlos sin comer mientras los ciudadanos que pasan ven como van bajando de peso, hasta que finalmente comienzan a claudicar, cayendo de rodillas sin poder levantarse más. Quienes pasaran por allí, podrían apreciar, de manera objetiva, desde su racionalidad aprendida en una universidad importante, desde su proclamado progresismo, cómo es que muere un animal de hambre mientras lo miramos. Indudablemente, una imagen inolvidable. Podrían también, entonces, comprender cómo y por qué aumenta el número de aves carroñeras. Otra de las imágenes interesantes.
Así, tal vez, sólo tal vez, nuestros compatriotas y aquellos dirigentes que supimos conseguir comprenderían el por qué de nuestro apuro: no se trata _solamente_ de que el Sudoeste esté afectado por el clima y las políticas inadecuadas. No. El problema del Sudoeste es que muchos dirigentes no están a la altura de las circunstancias. No se termina de entender que no hay tiempo para vacaciones, ni para demoras en las decisiones, ni para discusiones miserables, ni para rapiña impositiva, ni siquiera para protagonismos carroñeros.
El Sudoeste se vuela. El Sudoeste se está vaciando. Al Sudoeste ya no le queda trigo, tampoco ganado... Los hombres y mujeres del Sudoeste ya no tienen cómo sembrar.
Mientras tanto, el Estado está ausente. Pero los que vivimos acá, sabemos la verdad: el Sudoeste, acostumbrado a resistir las “genialidades” burocráticas tanto como el clima, no se está muriendo. Son los inoperantes los que _sin hacer nada_ están haciendo todo lo posible para matarlo.

Por Maria Amelia Irastorza
Miembro de Conciencia Interior

 

Parece que algunos sectores, ya no solo saben que el sector comercial de los pueblos se encuentra directamente perjudicado, sino que lo manifiestan, pero el sector político de la provincia sigue sin firmar el desastre comercial y sin dar respuestas satisfactorias a un sector castigado, que además de soportar la crisis económica y social de la zona, deben afrontar desde principio de este año un aumento de alrededor del 100% en el pago del monotributo, gracias al aumento de sus componentes de aporte jubilatorio –para el ANSES donde tiene acceso el gobierno nacional-, y de obra social – para los grandes sindicalistas, quienes pidieron el aumento y tuvieron una rápida respuesta-, pero “AQUÍ NADIE VIO NADA”.

Algún día se debería comprender que el eslabón principal es el campo, y por ello es indiscutible que debe recibir ayuda, pero que ocurre con el sector comercial, profesional y/ o desocupados? Tienen que estar obligados a caer por el tobogán hasta llegar a la indigencia mientras el campo no se recupera?

A esta altura la pregunta sería…por que algunos logran ayuda y otros no? Será que lo importante no es lo social, que reciben apoyo económico solo los que pagaron grandes sumas de impuesto, y ayudarlos sería mas una inversión para mantenerlos vivos y seguir recaudando? O será que quienes están respaldados por entidades fuertes a nivel país logran ejercer tal presión que la ayuda se destraba?

La respuesta? Esta en manos de quienes dicen “a vos si, a vos no”…

Marcos Skopyj

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