Blogia
INFO STROEDER

Néstor ya puso en marcha el plan B

Néstor ya puso en marcha el plan B

El Gobierno redacta un decreto para destinar u$s2.200 millones de reservas al pago de deuda. Cómo se cubrirá el bache fiscal. Maximiliano Montenegro.

Bajo la atenta supervisión de Carlos Zannini, secretario legal y técnico de la Presidencia e integrante de la mesa chica de Olivos, funcionarios del Banco Central y del Ministerio de Economía darán este fin de semana los últimos retoques a la primera medida del plan B. Un decreto que instrumentará el uso de u$s 2.200 millones de las reservas para cancelar vencimientos de deuda con organismos internacionales, fundamentalmente el Banco Mundial y el BID.

La cancelación de esas obligaciones con reservas estaba contemplada en los u$s 6.569 millones del Fondo del Bicentenario. Pero como el futuro incierto del FOBIC –en la jerga de los funcionarios K– les mete miedo a los inversores financieros, el Gobierno pretende mostrar que existen caminos alternativos para cumplir con los vencimientos de la deuda y cerrar las cuentas públicas. A diferencia de la cancelación de pasivos con los acreedores privados, la utilización de reservas del Central para pagar a organismos internacionales no suscita mayor controversia legal ni abriría flancos a posibles embargos de los fondos buitre. La operatoria ya fue estrenada cuando se cancelaron casi u$s 10 mil millones al FMI en 2006. Entonces, Martín Redrado, como titular del BCRA, la suscribió, y hasta fue aprobada por ley.

¿Carta oculta? En el Ministerio de Economía evaluaron en los últimos días la alternativa de enviar al Congreso una nueva versión del FOBIC, que deviniera en un “Fondo Soberano” para financiar obras de infraestructura y desarrollos productivos. La idea era acotar la definición de las reservas excedentes disponibles este año y fijar una pauta de coparticipación con las provincias. Como el Fondo costearía obras en el interior, la administración nacional podría recortar transferencias discrecionales de capital a las provincias, y liberar así recursos del presupuesto para cancelar deuda. La propuesta resumía los principales puntos sugeridos por el senador pampeano Carlos Verna y algunos lineamientos del proyecto del diputado Claudio Lozano.

El discurso de Cristina el lunes ante la Asamblea Legislativa era una buena oportunidad para cambiar la perspectiva de la discusión política y reordenar el tablero de alianzas en el Congreso. Sin embargo, desde Olivos se le bajó el pulgar a la iniciativa. También llegó la señal de que no todo estaba perdido en el Senado, donde se dirimirá la suerte del DNU firmado por Cristina. En el despacho de un funcionario de diálogo diario con Néstor Kirchner se dudaba ayer sobre la presencia de la senadora Roxana Latorre (ex compañera de banca de Carlos Reutemann) el miércoles próximo en la la Cámara alta. Aunque Carlos Menem llegará desde Anillaco, como prometió, una sola deserción en las filas de la oposición dejaría sin quórum nuevamente la sesión. Y abriría, dicen en el oficialismo, un nuevo escenario de negociación.

Plan B. En el plan B que manejan en el Ministerio de Economía, en caso de naufragar definitivamente el FOBIC, los u$s 2.200 millones de reservas que se asegurará la próxima semana el Gobierno son una pieza importante. Pero no es la única.

Según el Presupuesto 2010, las necesidades de financiamiento del Estado para este año ascienden a $ 58.000 millones, aunque en la Secretaría de Haciendan estiman que la cuenta superará los $ 90.000 millones, si se consideran gastos que no estaban incluidos en la ley (subsidio a la niñez, aumento a empleados públicos, movilidad jubilatoria, etc.).

Los u$s 2.200 millones restan en esa factura. Además, si Boudou consiguiera que el Banco Mundial y el BID refinanciaran buena parte de esos vencimientos, el Tesoro liberaría esos recursos ($ 8.400 millones) para abonar otras cuentas.

Sin el FOBIC, las fuentes de financiamiento serían las siguientes:

  • $ 24.000 millones de utilidades del BCRA en 2009, que la entidad transferirá al Tesoro este año. (En realidad, son “ganancias devengadas” por la mejora en la cotización de los bonos en cartera y la suba del dólar en el período, contra las cuales el Central emitirá pesos y entregará al Tesoro).

Esta semana Marcó del Pont adelantó a Hacienda $ 1.500 millones. Pero la cifra exacta se sabrá recién a fines de marzo cuando la autoridad monetaria cierre el balance del año pasado.

Nótese que sólo con las utilidades del Central el Gobierno cubriría la totalidad de los vencimientos de deuda a acreedores privados y organismos internacionales previstos para este año: 6.569 millones de dólares. Con esos pesos el Tesoro podría comprar los dólares necesarios (este año se espera un superávit comercial de unos u$s 15.000 millones) en el mercado para cancelar esas obligaciones.

Sin embargo, el bache fiscal es bastante mayor. Y por eso se recurrirá a otras cajas para solventarlo:

  • El Central estaría autorizado a emitir otros $ 5.000 millones adicionales a favor del Tesoro, en concepto de adelantos transitorios, sin violar su Carta Orgánica.
  • La ANSES aportaría $ 8.300 millones, la rentabilidad anual del Fondo de Sustentabilidad de las Jubilaciones. v El Banco Nación “prestaría” al fisco casi $ 4.000 millones sin violar la ley.
  • La ANSES podría “liquidar” del Fondo Jubilatorio $ 12.000 millones de rápida disponibilidad (entre plazos fijos y cash).

Otra posibilidad que evalúan en Economía es que el Gobierno emita una Letra entre los bancos (por hasta $ 12.000 millones). Pero esta alternativa atentaría contra el objetivo declarado por Cristina de que los bancos presten más al sector productivo a menores tasas. Y por ahora está descartada.

Para cerrar las cuentas, en el equipo económico también confían en que la recaudación, impulsada por la reactivación (y la propia inflación), crezca algunos puntos más que el 20% que pronostican en la AFIP.

Can
je. Boudou está convencido de que, aún sin el FOBIC, la clave en las próximas semanas será avanzar en el canje de deuda con los holdouts. En los últimos días mantuvo reuniones con directivos de Barclays, el banco inglés que coordina la operación, y ejecutivos de fondos de inversión institucionales. El ministro dice que con un alto nivel de adhesión el canje en sí mismo disminuiría el costo de la deuda argentina. Y abriría una ventanilla de crédito a tasas inferiores al 10% en el mercado de capitales.

La movida no es sencilla. Si el Gobierno quisiera emitir hoy un bono por u$s 1.000 millones, como estaba previsto originalmente, debería pagar una tasa del 14%, lo que rinde en el mercado el Boden 2015.

Es un secreto a voces que Kirchner carga sobre la factura de Boudou el costo político que pagó el Gobierno con el affaire Redrado y la comedia del Fondo del Bicentenario. ¿Le dará otra chance para que prosiga con el canje, cuando no hay garantía de que logre recaudar fondos frescos a tasas razonables?

Una razón de peso juega a favor del ministro. De acuerdo con estimaciones de Hacienda, este año el déficit financiero de las provincias tendrá un piso de 15.000 millones de pesos (más de la mitad corresponde a la provincia de Buenos Aires), siempre que los aumentos salariales no superen el 10% promedio en el año. Para cubrir ese agujero la alternativa más “prolija” que barajan en la Rosada es la emisión de deuda en los mercados de capitales. Otra posibilidad sería con transferencias del gobierno central, que –como se vio más arriba– ya no tendrá margen legal para solicitar al Banco Central que imprima todavía más billetes. La tercera alternativa es la pesadilla de Néstor: el regreso de los bonos provinciales para pagar a empleados públicos y contratistas.

Fuente: Critica Digital

0 comentarios