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Resisten el desalojo de un hogar del padre Grassi

 

TRAS LA REPRESIÓN, EL DESAMPARO

El traslado de al menos 16 chicos del Hogar San José Obrero, continuaba paralizado ante la falta de presencia judicial. No descartan denunciar a la jueza.

El desalojo y posterior traslado de al menos 16 niños y adolescentes del Hogar San José Obrero, de la fundación conducida por el sacerdote Julio César Grassi, continuaba este domingo paralizado ante la falta de presencia judicial, por lo que la Ciudad decidió "reforzar" los dispositivos y no descarta denunciar a la jueza interviniente por su accionar.

Jéssica Malegarie, titular del Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad, dijo a DyN que sumaron operadores sociales, personal del SAME y acompañantes terapéuticos para "garantizar la cotidianeidad" en el hogar ya que "los chicos están muy alterados tras la presión psicológica recibida". En tanto, la funcionaria aclaró que "los chicos estuvieron muy alterados pero pasaron bien la noche, comieron y durmieron sin problemas pese a todo lo ocurrido, con la mayor tranquilidad posible"

Julio César Grassi, el sacerdote que afronta un juicio por 17 presuntos hechos de abuso y corrupción de menores que estaban bajo su cuidado, dijo que la jueza que ordenó el desalojo del hogar de la Fundación Felices los Niños, Myriam Rustán de Estrada, “fue engañada”. La magistrada dispuso ubicar a los niños en otras instituciones, sobre la base de un dictamen de la Defensoría de Menores 4 a cargo de Marcelo Jalil. La denuncia inicial fue radicada por el obispo auxiliar y vicario episcopal de la zona Belgrano de la Arquidiócesis de Buenos Aires, monseñor Horacio Benites Astoul, quien alertó sobre el supuesto intento de suicidio de un nene de ocho años. El defensor de menores Jalil ordenó el secuestro de los legajos de todos los niños alojados en el Hogar y habría encontrado supuestos malos tratos y abusos.

Según el fallo de la jueza, el hogar "es un sitio en el que se instaló la ley de la selva, el miedo, las amenazas, los golpes y el maltrato, además de las prácticas sexuales con los más débiles y pequeños". “No estábamos en las mejores condiciones, pero estábamos trabajando bien”, señaló Grassi al canal de noticias C5N. “Cada chico tenía su roperito con su ropa doblada, duchas con agua caliente, camas de algarrobo, juguetes por todos lados –precisó-. A los chicos se les dio todo lo que un padre les puede dar ¿Por qué no le exigieron al Gobierno de la Ciudad que le dé un subsidio a la Fundación para que les den más?”.

El conductor televisivo Raúl Portal, público defensor del cura, argumentó las mismas razones que Grassi para cuestionar la orden judicial: “Doctora, los engrupieron”, dijo, en alusión a Rustán de Estrada. “Hay una mano negra que nos viene persiguiendo desde hace mucho tiempo –continuó Portal-, y para variar cobra la policía, cuando la culpa la tienen los que dieron la orden”.

EL DESALOJO. El sábado por la tarde, al menos 16 niños y adolescentes resistían el desalojo en el Hogar San José Obrero, situado en el barrio porteño de Chacarita y perteneciente a la fundación conducida por el sacerdote acusado de abuso sexual. El hogar San José Obrero funciona en la calle Charlone 753. El viernes a la noche, vecinos de la zona y voluntarios de la fundación se manifestaron en la puerta del lugar y reclamaron que se dé marcha atrás con la orden de desalojo. Ricardo Barrios, abogado de la Fundación Felices Los Niños, adelantó que presentó a la Justicia "un hábeas corpus" porque la medida de desalojo, dijo, "no se ajusta a derecho". "Estoy enojado con todo el sistema judicial, parece una pesadilla. Pido mesura y calma a la justicia, que tomó la peor decisión", añadió el letrado. Luego recalcó que "no se está desalojando a una institución, sino a una obra y a chicos que están contenidos". Barrios cuestionó que "nadie explica como continuará la vida de estos chicos" que son sacados del hogar de Chacarita, ya que "muchos de ellos no tienen familia".

Anoche, un grupo de personas, muchas de ellas menores de edad, fueron sacadas del predio por efectivos la Guardia de Infantería. Los momentos de mayor tensión se registraron cerca de las 22, cuando vecinos y allegados a la Fundación Felices los Niños impidieron la salida del hogar de una camioneta del Consejo del Menor de la Ciudad de Buenos Aires, que sufrió destrozos en su carrocería. La entidad estuvo intervenida desde octubre del año pasado, pese a lo cual y ante la posibilidad de que fuera devuelta a personas cercanos a sus anteriores responsables, la jueza Rustán de Estrada dispuso su desalojo y la reubicación de los niños en otros institutos en el término de 15 días.

GRASSI, EL JUICIO. En tanto, el sacerdote Julio César Grassi tendrá el jueves próximo su última oportunidad de declarar ante el tribunal oral que debe decidir si lo condena o lo absuelve por el presunto abuso sexual del que fue denunciado por tres menores a los que debía cuidar. Se estima que el veredicto del tribunal se conocería a mediados de junio, luego de diez meses de audiencias a puertas cerradas en donde declararon víctimas, peritos y miembros de la "Fundación Felices Los Niños" que conducía el sacerdote y a la que iban los tres denunciantes.

El juicio oral se encuentra en la última etapa: ayer la Fiscalía y las querellas del juicio replicaron en duros términos los argumentos de la defensa del cura, y el próximo miércoles los abogados del sacerdote tendrán la oportunidad de rechazar esos dichos. Ese mismo día, el tribunal le preguntará a Grassi si quiere decir sus últimas palabras antes del veredicto, una oferta que de aceptarse tendría lugar la jornada siguiente. Se descuenta que el sacerdote, que ya declaró varias veces a lo largo del proceso, no desaprovechará la oportunidad para clamar una vez más su inocencia y desmentir las acusaciones en su contra. Tras escuchar las palabras de Grassi, el TOC 1 de Morón anunciará cuándo cita a las partes para dar a conocer su veredicto.

Fuentes del caso dijeron a DyN que los jueces Luis María Andueza, Mario Gómez y Jorge Carreras se tomarán más tiempo de los cinco días establecidos en el Código Procesal, debido a la complejidad de la causa para analizar en detalle las pruebas que hay en el expediente. Se cree, por eso, que el fallo recién se daría a conocer a mediados de junio, indicaron a esta agencia las fuentes.

Los fiscales Alejandro Varela y Carolina Rodríguez acusaron a Grassi de diferentes hechos de abuso sexual y corrupción de menores y exigieron 30 años de prisión para el sacerdote, además de impulsar investigaciones por falso testimonio para varios testigos. Los representantes legales de "Gabriel", "Ezequiel" y "Luis", los chicos que denunciaron al cura, también pidieron graves condenas: la máxima llegó a los 37 años de prisión. Sin embargo, la defensa rechazó las acusaciones basándose en que los abusos no existieron. "La Justicia no puede encontrar culpable a un inocente", afirma Grassi, al resistirse a pensar en una eventual condena que lo termine enviado a prisión.

Grassi está acusado por 17 presuntos hechos de abuso y corrupción de menores cometidos contra los jóvenes "Luis", "Gabriel" y "Ezequiel" que estaban bajo su cuidado. Aquellas denuncias se conocieron en 2002 a través de un informe de Telenoche Investiga, pero desde entonces Grassi insiste -tanto públicamente como en el juicio- con que es inocente, que los abusos no existieron y que hubo "complot" en su contra.

Durante el juicio oral declaró un grupo de peritos que analizaron a los denunciantes y -según el criterio de la Fiscalía y la querella- los expertos fueron contundentes a la hora de decir que los ex menores eran veraces en sus dichos. Sin embargo, los abogados de Grassi rechazaron esas pericias y también las que se trataron de incorporar a la causa hechas sobre el sacerdote, en donde se le trataría de adjudicar un perfil similar al de un perverso sexual. La defensa de Grassi pidió investigar por falso testimonio agravado a los tres menores denunciantes y, al momento del alegato, retomó la hipótesis de un supuesto complot.

 

Fuente: Critica Digital

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