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EL CRACK EN LA ARGENTINA

EL CRACK EN LA ARGENTINA

 

Cierra una curtiembre: 250 obreros sin trabajo

Los empleados de la empresa mexicana Wyny tomaron la fábrica ubicada en Avellaneda: "La situación es alarmante", aseguraron.

¿Y a nosotros cómo nos pega la crisis que viene de los Estados Unidos?” Esa pregunta sonó fuerte durante dos meses en ámbitos privados y públicos desde que Wall Street se derrumbó en octubre pasado. “¿Cuáles serán las consecuencias?”; “¿Y a mí en que me afecta?”, le siguieron. Una posible respuesta es la masiva pérdida de puestos de trabajo.

En las dos últimas semanas al menos 10 empresas multinacionales (automotrices, tecnológicas, aeronáuticas, de servicios, etc) anunciaron que recortarán bruscamente las nóminas de empleados para afrontar la situación. De un plumazo más de 150.000 personas en el mundo quedarán desocupadas. Según los pronósticos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) serán 51 millones a fin de 2009. Elevarían la suma a 230 millones en todo el planeta.

La Argentina no será inmune a esta epidemia de despidos. A pesar de que Néstor Kirchner intimide a los empresarios para que “no toquen un solo empleo”, las persianas se bajan igual. En Avellaneda, más de 250 trabajadores de la curtiembre mexicana Wyny HYLG tomaron la fábrica porque sus dueños dieron el portazo.

"La situación es alarmante. Los empresarios argumentan que esta medida se debe a la crisis internacional y a los golpes de la recesión, pero las consecuencias siempre las pagamos los trabajadores", dijo el titular del Sindicato de Obreros Curtidores (SOC), Walter Correa. El jueves a la mañana los obreros tomaron la planta ubicada en Gorriti 650 del barrio Piñeiro de la localidad del sur bonaerense.

"Pedimos que se respeten los puestos de trabajo, pero en caso de que los empresarios mexicanos decidan cerrar la fábrica deberán pagar el total que adeudan a los curtidores en concepto de sueldos e indemnizaciones. No podemos tolerar más el pisoteo de los derechos de los trabajadores", afirmó Correa.

Wyny controla desde hace 25 años el negocio del curtido al vegetal en México y es líder en ventas a más de 20 países: Estados Unidos, Chile, Canadá, Guatemala, Chile, Venezuela, Italia, España, China, Hong Kong, Corea del Sur, India, Japón y Taiwán, entre otros.

El año pasado la filial argentina localizada en el Polo Petroquímico de Dock Sud firmó un acuerdo con la Secretaria de Medio Ambiente de la Nación para instalar una planta de tratamiento de efluentes con un costo de 1,5 millones de dólares. La inauguraron el 30 de septiembre pasado con la presencia de Romina Picolotti, ex responsable del área, y una decena de funcionarios nacionales y provinciales. Cristina Kirchner, Daniel Scioli y el intendente de Avellaneda, Baldomero Álvarez de Olivera, fueron invitados por los dueños de la firma en la Expo Industrial de Avelleneda 2008, pero no asistieron.

La curtiembre se especializa en la producción de cueros para cinturones, suelas de zapatos, pieles vegetales, bolsos y carteras. Pero también elabora tapicería para el sector automotriz, uno de los más golpeados por los efectos de la crisis internacional.

"Los trabajadores no pueden quedarse sin sus fuentes laborales de un día para el otro", expresó el jefe del gremio de curtidores y exigió "una pronta solución al conflicto". No se descarta la intervención del Ministerio de Trabajo.

Casos testigo. La metalúrgica Paraná Metal de Santa Fe entró en concurso de acreedores a fin de año, dejó de operar y anunció el despido de sus casi 1.300 empleados. El Gobierno nacional tuvo que intervenir y se llegó a un acuerdo, donde el empresario K Cristóbal López tomó las riendas de la autopartista.

Dana Structural, otra autopartista encargada de fabricar chasis para las grandes automotrices, despidió a fines de enero a 15 trabajadores y suspendió a otros 190. En este caso el Gobierno no intercedió y los obreros siguen en pie guerra para mantener sus puestos.

Fuente: Crítica Digital

 

 

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